Consejos para conservar el jamón
Ahora que llega la Navidad, un alimento que no puede faltar en muchos hogares es una buena pata de jamón. Ya sea para consumirlo en ocasiones especiales o de manera más frecuente, este producto está sujeto a un cuidado excelso, de modo que no es apropiado mantenerlo en casa de cualquier forma.
Para que siempre sepa bien y sacar todo el jugo de este manjar, os ofrecemos a continuación algunos consejos para conservar el jamón en perfectas condiciones.
La temperatura idónea
Los expertos advierten que la temperatura ideal para conservar el jamón es la que es similar a la de las bodegas de curado, esto es, un lugar fresco y seco. Los cambios de temperatura acaban afectando a la calidad organoléptica del jamón: textura y olor.
Es aconsejable mantener el jamón entre 10 y 15 grados centígrados y no situarlo cercano a freidoras, fuegos, horno y otros utensilios de cocina que generen calor.
La luz que recibe
Otra ayuda para conservar el jamón en perfectas condiciones es mantenerlo aleado de fuentes luminosas que incidan sobre él. Las piezas de jamón o las lonchas no deben ser expuestas en lugares donde haya luz directa, pues esto produce alteraciones en el sabor y color.
Cortar únicamente lo que se vaya a consumir
El jamón recién cortado tiene mejor sabor que uno que fue cortado hace unos días, de modo que, generalmente, se recomienda cortar solo lo que se vaya a comer en esa ocasión. Los cortes realizados por profesionales y envasados al vacío pierden poca calidad y son una forma cómoda de comer jamón.
Otra recomendación es comenzar a cortar el jamón pronto, dentro de los dos meses después de haber comprado. Lo ideal, en cualquier caso, es consumir el jamón como máximo un mes después de haberlo abierto.
Cubrir la pata con tocino
Es una práctica habitual, y muy adecuada, cubrir el jamón con tocino. Esto se usa para que la pata entre en contacto con el aire y evitar la oxidación. Para conservar el jamón, es aconsejable untar la superficie de corte con tocino blanco de la propia pata. Además de esto, se recomienda colocar un paño de algodón limpio por encima del jamón.
¿Por dónde comenzar a cortar?
El corte del jamón debe iniciarse por la maza principal y mantener la superficie lo más uniforme posible, para reducir las pérdidas. El porcentaje de grasa y magro debe conservarse y las lonchas han de ser de unos tres centímetros de ancho.
El cuchillo apropiado
Otra forma de conservar el jamón es utilizar cuchillos apropiados. Básicamente son tres: uno fuerte y grande para pelar el jamón; uno deshuesado denominado la puntilla, y el jamonero. El jamonero es con el que consiguen las mejores lonchas. Todos estos utensilios tienen que estar correctamente afilados.
Las envolturas
El jamón es un producto vivo, orgánico. Si se envuelve estamos evitando que respire y sude y con ello perjudicamos su calidad. Cuando se adquiere un jamón hay que quitarle todas las envolturas y colgarlo de un lugar fresco y seco, pues las envolturas favorecen la aparición de sabores y olores poco agradables.
El envasado del jamón
Habitualmente, los envasados de jamón incluyen 100 gramos de producto, que deben mantenerse a una temperatura entre 10 y 15 grados, sin necesidad de refrigerar. Si tardamos más tiempo en comerlo, con refrigeración evitamos que se oxiden las grasas y de este modo alargamos la vida útil del jamón.
Los sobres de jamón refrigerado tienen que atemperar antes de su consumo durante media hora y sacar las lonchas del envase para colocarlas sobre un plato.
Cortegana Ibérico
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