¿Sabes cómo guardar los embutidos una vez abiertos? Te mostramos la mejor forma de conservar estos ricos productos y algunos errores que cometes al guardar embutidos.
Guardar embutidos en un tupper
Si el chorizo, el salchichón, la caña de lomo o cualquier otro embutido están cortados en lonchas, mucha gente piensa que basta con protegerlos con papel film. Esto es un error pues acabará cogiendo humedad.
En ese caso, se puede acudir al tupper, incluso se pueden incluir en una misma fiambrera varos embutidos ibéricos poniendo en la parte superior los más frescos y los duros en la zona baja, aunque separados por papel sulfurizado para que no se mezclen los sabores. El envasado al vacío es otra opción interesante de conservación, la más conveniente.
Embutidos colgados de una pieza
Si el embutido ibérico viene en piezas completas, puedes colgarlos por separado sin que se toquen entre sí, en un lugar fresco y seco y con una temperatura suave, entre 15 y 20 grados. La parte ya iniciada siempre va abajo y para que no se seque se le puede untar un poco de aceite de oliva y taparla con papel fil o de aluminio. Hay gente que le ponen un poco de sal a la zona abierta para que absorba la humedad.
Con el jamón, cuando está en la tabla, un método útil es usar parte de su propia grasa para que la zona de corte no se seque ni se oxide al entrar en contacto con el aire.
¿Cómo conservar el queso?
El queso no es un embutido, pero también se cometen errores muy comunes con la conservación de este alimento. Uno de ellos es usar la quesera. A pesar de que es muy atractiva desde el punto de vista estético, no es muy eficiente ya que deja pasar la humedad. Lo mejor es el tupper, pero sin guardar quesos de diferente textura o sabor.