El jamón ibérico loncheado tiene la misma calidad que el que se corta directamente de la pata. Su sabor y textura es similar, pero para ello hay que proceder a algunas recomendaciones previas a la hora de servirlo.
Si estas se cumplen, tomar jamón ibérico en lonchas es tan satisfactorio como hacerlo recién cortado. Vemos algunos motivos que te pueden llevar a decantarte por los loncheados ibéricos.
¿Por qué comprar jamón ibérico loncheado?
En primer lugar, el producto ya se entrega listo, en porciones para su degustación. Esto lo convierte en una opción más económica que comprar todo un jamón.
Evitamos tener que cortar la pata, algo que no todo el mundo domina. Si eres un experto cortador de jamón, puedes optar por comprar la pieza entera, pero de lo contrario lo que acabarás consiguiendo son cortes que no resultan óptimos.
Un tercer aspecto ventajoso del jamón ibérico loncheado es que es más cómodo e higiénico. Los paquetes vienen preparados para ser consumidos en el acto, no hay que volver a guardarlo. Eso no ocurre con los jamones completos, que no se consume de una vez, y además, cuando se corta, no siempre se corta la cantidad justa a consumir.
A nivel visual, los paquetes loncheados están a la vista de cualquier consumidor. Ve de primera mano cómo son las lonchas que va a consumir. Esto no ocurre con la paleta o el jamón de pieza entera. Por muy buen aspecto que tenga en el exterior, y hay trucos para saber si es de buena calidad, la realidad es que en los paquetes sí se observa el color rojo intenso con vetas de grasa que caracteriza a un buen producto.
Por último, no hay que olvidar que existen diversos tamaños de raciones de jamón ibérico loncheado. Y estos paquetes pueden ser también de tacos, no solo de lonchas.