Diferencias entre jamón ibérico y paleta ibérica
Está claro que el jamón ibérico y la paleta ibérica son exquisiteces y la diferencia entre ambos, a la hora de consumir, solo es perceptible por paladares más finos y/o entrenados.
Al margen del sabor, hay otras características más evidentes, como el tamaño, la forma o la producción. En ambos casos, por supuesto, hablamos de cerdo ibérico.
Cómo diferenciar el jamón ibérico y la paleta ibérica
Hay que responder a unas cuestiones clave.
¿De qué parte del cerdo es?
El jamón viene de la pata trasera del cerdo, y pesa entre 6,5 y 8,5 kilos. Partimos de una pieza con la mitad de hueso y la mitad de grasa, aunque el porcentaje depende la calidad. Es más larga que la paleta.
En cuanto a esta última, hablamos de la pata delantera, menos pesada (entre 4 y 5,5 kilos). Tiene más grasa que el jamón y, dada la morfología del animal, sus lonchas son más finas.
¿Hay diferencia de precios?
Depende de la calidad del producto pero, si se mueven en niveles similares, el jamón siempre será más caro que la paleta. Tiene que ver, entre otras cosas, con la cuestión del peso.
De todas formas, dentro de cada género, podemos encontrar también un rango de precios más o menos amplio. No es lo mismo, por ejemplo, un jamón puro de bellota que uno de cebo.
¿Y de producción?
La curación es otro elemento a considerar. El jamón se somete a más tiempo, porque es más grande. Hablamos de entre 15 y 36 meses, mientras que las paletillas pueden tener suficiente con de 12 a 24 meses.
El espacio que ocupan, el mimo que requieren, la vigilancia… Todo eso contribuye al precio final de uno y otro. Y, por supuesto, a la calidad.
¿Y qué hay del sabor?
Entre el jamón ibérico y la paleta ibérica también hay diferencias de sabor: el primero es más suave, tiene más matices y más grasa. El del segundo es algo menos intenso, pero si es de buena calidad, también hace las delicias de los comensales.
Cortegana Ibérico
Diferencias entre jamón ibérico y paleta ibérica