Trucos para disfrutar al máximo el jamón loncheado
El jamón loncheado ofrece la posibilidad de tomar este alimento en cualquier lugar y a cualquier hora, pero es importante atender a una serie de recomendaciones de conservación para que no pierda todo su sabor e intensidad.
¿Cómo consumir el jamón loncheado?
Una vez compramos jamón loncheado y lo mantenemos en casa es importante mantenerlo envasarlo al vacío y guardarlo en el frigorífico a una temperatura entre 2 y 5ºC. Aunque hay gente que congela el jamón, esto no es recomendable.
Cuando queramos consumirlo debemos sacarlo un tiempo antes del frigorífico y que vaya ganando temperatura. Existe un truco que indica cuál es el momento perfecto para tomar jamón loncheado, justo cuando la grasa comienza a adquirir un tono transparente. En términos numéricos, entre 20 y 25 grados centígrados de temperatura ambiente son suficientes para disfrutar de todo el sabor y las propiedades de este producto.
Una vez abierto el paquete tendremos que sacar las lonchas, colocarlas sobre un plato y dejar al menos unos 10 minutos sin consumirlas para que se aireen y pierdan el sabor a plástico.
¿Jamón cortado a mano o jamón a máquina?
El jamón loncheado puede ser cortado a máquina o a mano. Si se corta a mano, su sabor suele ser más intenso y las lonchas son más sencillas de degustar. Este tipo de corte es el habitual en el jamón ibérico, aunque no es exclusivo.
Ya se trate de jamón ibérico o jamón blanco, es fundamental que el producto no esté sujeto a cambios de temperatura bruscos, pues esto altera las características organolépticas. Si el jamón loncheado no se conserva en el frigorífico, porque la nevera no alcanza más de 7 u 8 grados centígrados, no debe darle el sol y mantenerse siempre fresco. La despensa, la bodega o el sótano son lugares idóneos para no tener que refrigerar.
Los paquetes de jamón loncheado pueden aguantar entre 60 y 90 días, siempre que estén bien envasados.