La dehesa es el lugar donde los cerdos ibéricos viven su última etapa de crianza, en medio del campo, con total libertad y una enorme extensión de terreno para cada individuo. En esos bosques se alimentan de bellotas, hierbas y otros recursos naturales. Además, caminan y corren durante kilómetros, estilizando mucho su figura.
¿Qué tipo de ecosistema es la dehesa?
Este ecosistema derivado del bosque mediterráneo y transformado por el hombre. Está conformado por una superficie extensa con árboles más o menos dispersos y un estrato herbáceo bien desarrollado donde se ha eliminado casi por completo el arbusto.
Es de origen agrícola y ganadero y su función principal es la ganadería extensiva o semiextensiva. De ella se aprovechan los pastos herbáceos y los frutos. En la dehesa habitan cerdos, vacas, toros de lidia y caballos, principalmente. El arbolado más extendido es el de la familia Quercus: encinas, alcornoques, quejigos y robles.
Todos ellos dan bellotas como frutos, y este es el valor más importante del ecosistema para el porcino ibérico de bellota, que recibe esa denominación por la ingesta masiva de este alimento.
Un sociosistema, mucho más que un bosque mediterráneo humanizado
La dehesa ofrece actividad ganadera, pero también agrícola, cinegética, aprovechamiento del corcho, leña. Es un sociosistema sostenible y autosuficiente, pues la propia actividad agrícola se utiliza para la alimentación del ganado.
Se encuentra principalmente en el suroeste de la Península Ibérica y es una estructura ambiental única en el mundo. En Portugal se denominan “montados”. El aprovechamiento íntegro de sus actividades actúa como elemento de fijación poblacional.
La dehesa está continuamente amenazada por enfermedades que afectan al ganado, el empobrecimiento de los suelos, la despoblación y la falta de ayudas, además de una gestión poco rentable.
La puesta en valor de los productos derivados de este sociosistema: embutidos y jamones ibéricos de bellota, carnes ibéricas, artesanía del corcho, cultivos agrícolas… son esenciales para garantizar la supervivencia de este entorno ibérico, uno de los mejores ejemplos de convivencia y explotación entre el hombre y el medio natural.