Cuatro mitos sobre los embutidos en la dieta
Los embutidos son alimentos que están muy señalados por su alto contenido calórico. Los mitos sobre los embutidos están muy extendidos, y no todos ellos son realidad. En esta ocasión os mostramos qué hay de verdad en esos mitos.
Los embutidos no contienen proteínas
Esta es una de las afirmaciones más presentes en el mundo de los embutidos. Pero es irreal, ya que las proteínas se encuentran de manera más completa en los alimentos de origen general, destacando las carnes rojas, los pescados, las aves, os huevos, los lácteos y otros productos elaborados a base de estos, como el jamón, las hamburguesas, los nuggets y los embutidos. De este modo, tomar embutidos de manera responsable y saludable asegura un aporte suficiente de proteínas.
Los embutidos no complementan la alimentación
Otro de los mitos sobre los embutidos y la dieta es que estos productos no complementan la alimentación. La realidad es que sí, y son una alternativa más económica para economías que no pueden permitirse comprar carne o pescados todas las semanas. Su alto contenido proteico y su accesibilidad económica los convierten en alimentos muy recomendables.
El consumo de embutidos no es sano
Tomar embutidos en exceso resulta contraproducente, como ocurre con cualquier otro alimento. Lo ideal es hacerlo una vez por semana en personas sanas y siempre como parte de una dieta equilibrada. No existen alimentos buenos o malos, sino formas de preparación, combinaciones y cantidades adecuadas de ingesta.
Los embutidos no combinan con nada saludable
El último de los mitos sobre los embutidos es que no combinan con alimentos saludables. La realidad es que estos productos hay que alternarlos en la alimentación y encontrar un balance adecuado con una correcta porción de vegetales para obtener un plato nutritivo y saludable. Siempre que se combinen con verduras, que ofrecen antioxidantes, vitaminas y fibra, los embutidos son muy positivos para la salud.
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