¿Se puede comer la piel de los embutidos?
La piel de los embutidos se puede comer dependiendo del tipo de envoltorio. Así, si está elaborado a partir de tripas naturales, su valor nutritivo es más elevado que aquellos casos en los que la piel está fabricada a partir de materiales industriales, como celulosa o plásticos. No obstante, los envoltorios artificiales son comestibles, pero los materiales pueden dañar la salud.
¿Es peligrosa la piel de los embutidos?
Existen opiniones enfrentadas sobre este tema a nivel de consumidor. Unos optan por tomar embutidos con piel sin ningún rechazo y otros en cambio no toleran esta práctica. La dietista Laura Llorente García indica que todos los productos embutidos que utilizan tripas naturales para su envasado son sometidos a procesos de estabilización microbiológica y limpieza extrema necesarios para asegurar su inocuidad.
En cualquier caso, cada persona tiene un organismo y un sistema digestivo distinto, de modo que la digestión de la piel de los embutidos depende de este condicionante, así como de la hora de consumo. Por la noche, por ejemplo, pueden resultar alimentos muy pesados.
Si algo queda claro es que la piel en los embutidos cuando es natural tiene un valor nutricional superior a los envoltorios artificiales. La tripa natural contiene proteínas y grasas, pero en pequeña proporción debido a su espesor tan reducido. De este modo, esta piel sí puede consumirse son reparo alguno siempre que se haya procesado respetando estrictas normas de higiene.
¿Qué ocurre con la piel sintética?
Cuando un embutido está envuelto en piel artificial, la etiqueta debe mostrar qué materiales la componen. Así, el consumidor tendrá que retirarla para consumir el embutido. Existen envoltorios artificiales como el colágeno, que se obtiene de la piel de las vacas y se utiliza principalmente en salchichas. Otros elaborados a partir de plástico son los más peligrosos. Estos últimos se emplean en embutidos de gran calibre como la mortadela.
Cortegana Ibérico